Este pan es de origen catalán. Tiene unas características muy propias una miga muy alveolada y una corteza muy fina y crujiente de color marron dorado. Tiene forma de ciabatta pero su contenido en agua es muy superior y su amasado y fermentación muy diferentes. Es un pan perfecto para elaborar cocas rellenas al horno o bocadillos, pero para lo que más se utiliza es para el “pan tumaca”, con o sin jamón. Se convierte en un gran aliado para salazones, ensaladas montadas en pan y todo lo que se os ocurra.
Es un pan que contiene una cantidad de fibra inferior por la naturaleza de las harinas que se usan para obtener la textura propia de este pan. Se recomienda consumir preferiblemente ligeramente tostado y templado, para así fomentar su crocancia.
Es un pan poco calórico de doble fermentación y con unas propiedades gastronómicas muy interesantes por su gran polivalencia y su impresionante crocancia y un sabor muy neutral. Pero donde se aprecia muy bien el sabor de la fermentación y el toque de malta; así como también el toque de aceite de oliva, que le otorga su característico sabor y textura ligera.
Contiene gluten, puede contener trazas de sésamo.
Mantenerlo envasado si se pretende consumir después de un día. Al tener una naturaleza tan alveolada si no se consume en el día se hace necesaria su refrigeración o congelación en tuppers o bolsas herméticas de plástico, de lo contrario tiende a deshidratarse con rapidez sobre todo en meses estivales.
Para consumir este tipo de pan y disfrutar de su textura se recomienda regenerarlo en el horno precalentado durante un tiempo y meterlo solo durante unos minutos para no secarlo excesivamente, sino tostarlo en tostador o grill se convierte en la mejor opción y más rápida.
Pan de cristal barra 400 grs. Bocaditos de cristal 40 grs.
Pan de cristal individual 120 grs. Focaccias 1000 grs.
